Soy carne y soy metal.
La carne se hunde
en el metal,
se transforma,
se muta.
Aún existo.
Soy otro y soy
el mismo
La carne y el metal
se fusionan,
se amalgaman.
La sangre ya
no fluye,
no es necesaria.
No hay dolor
ni sentimientos.
Las emociones
ya no son
mi prioridad.
El sol no me quema.
Mi viejo hogar
es solo un punto en el vacío,
una referencia
remota.
Los planetas,
rocas que reflejan la luz
de soles distantes.
La angustia se ha convertido
en una palabra vaga,
sin sentido.
Escuchar tu voz
llamándome es
lo único que altera
mis circuitos
Trato de oler tu perfume,
pero los datos
que recibo
son dispersas distorsiones.
Quiero recuperar tu esencia,
atraparla,
penetrarla,
y te aferro,
estrecho y oprimo
más y más,
hasta que tu alegría
se diluye
en una acuosa sorpresa.
Entonces,
recién entonces,
comprendo.
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